En la literatura ayurvédica, se ha descrito que su patogénesis se debe al aumento de los dhatus de Mansa (músculo) y Meda (tejido adiposo/graso)

en Stana (mama), lo que causa Dushtastanarbuda (cáncer de mama).

Estos cambios se atribuyen al desequilibrio de tridosha, es decir, Vata Pitta y Kapha, los 3 bioelementos fundamentales del cuerpo.

Las modalidades de tratamiento también están asociadas con procesos de desintoxicación del cuerpo

mediante procesos tanto farmacológicos como no farmacológicos, como las terapias Panchkarma,

mejorando el proceso de autofagia celular para eliminar el "Ama" acumulado (proteínas no funcionales modificadas).

Estos procesos inactivan los radicales libres existentes (superóxido, peróxido de hidrógeno y radical hidroxilo),

para romper la reacción en cadena, interactuando directamente (transferencia de electrones)

con ellos y potenciando las enzimas antioxidantes endógenas como la superóxido dismutasa, la catalasa y el glutatión reducido

Es fácil quedar atrapado en la exageración de los medios sobre los últimos superalimentos, suplementos y medicamentos.

Pero a menudo resulta difícil saber qué significan para usted las últimas investigaciones.

Peor aún es cuando se entera de los efectos secundarios o las excepciones después del hecho.
durante  un tiempo en que a las mujeres se les recetaban tratamientos hormonales de forma rutinaria durante la menopausia

para ayudar a controlar síntomas como los sofocos y prevenir enfermedades crónicas como la osteoporosis o las enfermedades cardíacas.

Pero tomar estas hormonas puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.

Lo mismo ocurre con los suplementos de soya que a menudo se recomiendan para las mujeres menopáusicas que desean una alternativa a los medicamentos.

El consumo de café es otro ejemplo. Si te encanta tu dosis diaria de cafeína, la buena noticia es que la mayoría

de los estudios actuales encuentran que está asociada con un menor riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, un estudio de 2018 encontró

que las mujeres posmenopáusicas que habían recibido previamente tratamientos hormonales eran una excepción.

Las mujeres de ese grupo que bebían más de cuatro tazas de café al día tenían un riesgo 22 % mayor de cáncer de mama,

que aquellas que bebían menos de siete tazas de café.